lunes, 10 de septiembre de 2012

La sangre se agarra a la razón o viceversa


- Tuvo mala suerte el pobre Joan. No le faltaban motivos para sentirse agraviado, le acompañaba la razón, se agarró a su razón, y se ahogó con ella. Gabriel solía decir que la consternación no valía nada. Él provenía de un tiempo muy áspero y no convenía tomárselo al pie de la letra. Aun así creo que es un buen consejo. El mundo no se detiene a evaluar de dónde procedes ni quienes son tus padres. El mundo sólo entiende de logros, no de justicia; puedes vivir pensando que se hará justicia y que la justicia llegará puntual y hasta la puerta de cada uno de nosotros mientras estamos vivos, pero no es una manera sensata de organizarse. La igualdad, la libertad, la justicia y el resto de valores que tratan de meter en las cabezas de mis bisnietos son un aturdimiento y una pérdida de tiempo. No logro entenderlo. Si a eso vamos no hay nada peor repartido que la belleza, el talento o la inteligencia. El mundo existe y yo he visto a muchos hombres luchar hasta la desesperación para modificarlo, pero no es sensato impugnarlo en conjunto.

Hilos de sangre, Gonzalo Torné

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