Voy a escribir una carta de guerra entre tu boca y la mía.
Una bitácora de cada recuerdo perdido en un autobús, en una escalera, en un adoquín resquebrajado. Voy a estallar cada recoveco de una batalla que jamás he ganado.
Contemplo desde la frontera como el enemigo se aleja y se acerca, desde la distancia que solo quieran marcar sus ojos. Bajaré una a una las granadas del cielo para hacerlas estallar en tu boca.
Y me matará cada retumbar del destello de tus pupilas.
Y me matará cada retumbar del destello de tus pupilas.
Y alrededor, solo la iluminación gastada de una ciudad anciana.
Una guerra en la que solo hay una victoria: el empate. Cuando salgan cada una de las letras atrapadas en el tintero de tu lengua.
Habrá una masacre con las yemas de mis dedos y daños colaterales en cada uno de los tímpanos acostumbrados a este traqueteo de palabras, a este chachachá de fantasmas, a este susurrar de los días asépticos.
Capitán, estamos bajos de defensas en la corteza de la realidad. Es la masacre de un sueño.
Las batallas perdidas de antemano, los saltos de trinchera en trinchera, buscando estrellas y encontrando nada. El miedo, el olor a pólvora y las muecas del metal.
ResponderEliminarY tiro la toalla, paso página, cierro el libro y lo tiro por la borda. Voy a tragar un poco de plomo.
"Ten a bien recibir de mi parte un abrazo de amigo, cuando estalle la guerra estaré en la trinchera contigo..."
ResponderEliminarEl genio de S.
Buenas noches, voy a tragar un poco de plomo.
ResponderEliminar¡El genio de Úbeda dices!
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